Fue el primer día de la semana, timbro el anuncio de ingresar al colegio y formar en el patio central, es una actividad obligatoria, en la que los chicos participan de esta hora cívica, se inicia entonando las notas del Himno Nacional, la oración de la tarde, algunas indicaciones del Director General o el Sub Director, si la fecha amerita quizá alguna charla patriótica y finaliza con las notas del Himno al Colegio.
Este grupo de pilluelos, chiquititos todos, se pusieron de acuerdo en sublevarse, revelarse, ante tal actividad, dicen que el espíritu rebelde de los adolescentes se hace sentir en actividades que no va con su forma de pensar, sentir, ante las costumbres y formas de disciplina del colegio esta vez ellos dijeron “Hoy no participamos de esta formación”
Pues sí, así fue, el detalle es que si son pillados por el auxiliar o docente de turno vaya sermón y castigo que se les da, “ellos saben el riesgo que corren”.
Fue entonces que por azares del destino me toco vigilar el segundo piso y, aunque también me parece de lo mas tedioso y aburrido estas formaciones, a manera de dilatar el tiempo ingrese en el primer aula que encontré abierto, “vaya sorpresa la mía” no me asuste por los ruidos que escuche, pero de inmediato sentí pasitos rápidos y respiraciones agitadas, para que no se me escapen cerré la puerta, y ahí halle al primero….
Me miro asustado, sin poder hablar, casi temblaba de miedo; le hice señas de confianza y callo…
Di unos pasos y trate de buscar, en el aula solo estaba el pupitre del profesor y las carpetas desordenadas, al rincón curiosamente la acumulación de bancas y sillas… recordar la cara de estos traviesos solo me provoco risa ante tal audacia, sin pensarlo dos veces y aun en silencio como simulando no haber visto nada saque mi cámara y capture estas fotos:
¿No te parecen tiernos?
"Al finalizar la tarde y cuando todo se aclaro, no tuve valor para delatarlos"